La proximidad del NANOWRIMO o la importancia de nacer dos horas antes de abril
Se acerca el NANOWRIMO y mentiría si dijera que no me hormiguea el culo la piel. Hay algo desde muy dentro que me grita que me apunte, que abra proyecto, que organice noviembre en torno al reto de escritura que más me mola del año.
Ya hablé en una entrada de este mismo blog, hace un año, de lo que disfruto de mi carrera contra la gráfica, la que lleva el recuento de palabras diario y la que te marca el límite por abajo. Redios, la emoción de teclear cada día y superarte… Qué puta maravilla.
El otro día, en el horóscopo negro hacían una diferenciación entre los Aries de marzo y los de abril. Yo, por si no lo sabías, nací el 31 de marzo, fecha en la que publiqué Dreamers (1) moja tus suelos en café y despiértalos y Dreamers (5) podemos volver a ser ese sueño. Me gusta compartir mi cumple con el inicio y el final de la Serie Dreamers, pero no es eso por lo que lo menciono (esto es una cuña de publi gratuita porque este mes mis chicos no se están leyendo, y es una pena que estés aquí y no sepas quienes son mis soñadores), lo hago porque nací el último día de marzo a las 22:00 horas, a la hora del cambio de personal y como un pedo, si hacemos caso de la opinión de mi madre al respecto de su parto que en estos casos es la que más tiene que decir. Lo que significa que lo hice a dos horas de que llegara abril, y si tenemos en cuenta que me adelanté es fácil que llegara al mundo con la intención de nacer en ese mes y no en el que marca mi cumple. Ojo que a mí marzo me encanta, y mi día también, que esto son conjeturas fundadas (y que nadie me quite la razón, que soy Aries, ¿oído?) y voy a explicarlas.
Me vi mucho más reflejada en la Ariana Abrileña (con marzo sale Marzosa, porque Marcileña no me presta), verás por qué:
Soy una Aries que tengo claro lo que no quiero (lo que sí a veces es más complicado de discernir)
Me gusta el control.
Soy una fanática de la organización.
Lo de querer ganar en todo lo que me tomo en serio es un hecho (me pasa hasta con mis hijos). Lo que no me tomo en serio me da igual, la verdad.
ODIO las trampas a todos los niveles, no solo en los juegos, no sé si sabes a lo que me refiero; lo que me lleva al siguiente punto.
Soy un detector de mentiras (aunque me haga la tonta porque hay batallas que no son las mías y si me quieres mentir, tus razones tendrás, pero luego allá tú).
La Ariana de abril es más puntual que la de marzo, y a mí me irrita tanto que no se respete el tiempo ajeno que si llegas tarde a una cita conmigo hay una alta probabilidad de que no esté cuando llegues, he sido así desde que tengo uso de razón y vengo de la vida distópica sin móviles, ojo con esto, (si tardaban yo me iba y cuando mis amigas llegaban al punto de encuentro llamaban al fijo, desde la cabina más cercana, y ya daba igual, yo tenía el pijama puesto y dispuesta a perder mi tiempo solo en mí).
Y por último y lo más importante de la Ariana Abrileña que hace que piense que el pedo que se tiró mi madre el 31 de marzo de 1980 a las diez de la noche debería habérselo tirado dos horas después es:
Se toma MUY en SERIO los RETOS y le encanta hacerlo bien.
SÍ, SOY.
Cuando me apunto lucho, pero no puedo poner hasta el final, lucho hasta ese punto si el final es más pronto que tarde, porque soy Aries y también es sabido que empezamos con mucha fuerza y nos desinflamos por el camino. Si el reto es de fondo, pierdo fuelle. Así somos.
Así que el Nanowrimo es un reto hecho a nuestra medida, al de las Aries de abril, tiene todo lo que me incentiva, TODO. Ya sea creando o editando me chifla ese reto contra mí misma, mi tiempo, mi trabajo y capacidad. Y este año lo había descartado, de hecho, podría decirlo en presente, pero no me creo, no lo hago; ese hormigueo que siento me hace sentir viva, y tras estos meses en los que no he podido estar como quería por redes y escribiendo mis historias, sentirlo cerca y pensar en no apuntarme, me da ansiedad.
¡Es que me veo! Mi café, mi vela, mi libreta y el tiempo asignado a batir a la gráfica. Y lo productivo que es, es el único mes del año en el que la producción está al servicio de la creación, es el único mes que me lo permito, que sé hacerlo, que lo entiendo a la perfección y sé que dedicaré tiempo de calidad a la historia más adelante, cuando vuelque el germen sin edulcorar y termine el reto el 30 de noviembre.
El resto del año creo sin presión y disfrutando del proceso a otros niveles, pensando y repensando, viviendo cada personaje y sintiendo sus emociones en cada escena, escribiendo y reescribiendo, porque como dicen los grandes autores, no lo olvidemos, escribir es reescribir.
Pero el objetivo, gozoso, del Nanowrimo no es que tengas una novela lista para publicar, es que sometas a tu creatividad a la presión de la creación sin florituras, que salga lo que tenga que salir sin pensar ni corregir, y no es fácil, pero cuando lo logras… Cuando lo logras y coges ese borrador meses después, te sientes enorme. Soy adicta a los momentos que me regala el Nanowrimo, lo admito.
Estamos a mitad de octubre y no, no puedo decidir en presente que no me apunto al Nano, no puedo y no quiero, así que la última semana, puede que el último día, decida si abro proyecto o no. Me encantaría decir eso de «no diré nada, pero habrá señales» que se ha puesto tan de moda en los reels y memes, pero no me lo creo ni yo, si me apunto te enterarás, y luego seré el coñazo la pesada que comparte la lucha por stories, o la derrota, que este año hay muchas papeletas para que esto pase, por eso mismo había descartado (en pasado) apuntarme.
Y ahora voy con el punto final, que si has llegado hasta aquí te has ganado.
A bote pronto te lanzo un:
Ya veremos, dijo un ciego, y nunca vio (frase recurrente de mi madre en estado nihilista absoluto que me ha salido sola y que después de haberla mencionado en trabajo de parto me parece bien volver a darle créditos).
Y en segundo lugar un:
Ay, amigui, la vida es, que dice mi maga; yo me atrevería a ponerle un adjetivo, pero no lo voy a hacer para no gafarme noviembre.
Por último un deseo bonito: te deseo vida, que eso ya es mucho, además de mandarte besoides y darte las gracias por llegar hasta aquí con mis desbarres que me dan ese punto de anclaje, necesario, con el mundo más allá de mi vida real.
Comments